10 Pero ahora, Dios nuestro, ¿qué vamos a decir, si, después de todo
esto, hemos abandonado tus mandamientos,
11 que por medio de tus siervos los profetas tú habías prescrito en
estos términos: “La tierra en cuya posesión vais a entrar es una
tierra
manchada por la inmundicia de las gentes de la tierra, por
las
abominaciones con que la han llenado de un extremo a otro con su
impureza?