11 En su marcha, avanzaban en las cuatro direcciones; no se volvían
en su marcha; seguían, en efecto, la dirección del lado adonde miraba la
cabeza, y no se volvían en su marcha.
12 Y todo su cuerpo, su espalda, sus manos y sus alas, así como las
ruedas, estaban llenos de destellos todo alrededor; sus ruedas, las
de los
cuatro.
13 Oí que a las ruedas se les daba el nombre de «galgal».