12 Y sabréis que yo soy Yahveh cuyos preceptos no habéis seguido y
cuyas normas no habéis guardado - por el contrario habéis obrado según las
normas de las naciones que os circundan.»
13 En esto, mientras yo estaba profetizando, Pelatías, hijo de Benaías,
murió. Yo caí rostro en tierra y grité con voz fuerte: «¡Ah, Señor Yahveh!,
¿vas a aniquilar al resto de Israel?»
14 Entonces me fue dirigida la palabra de Yahveh en estos términos:
15 «Hijo de hombre; de cada uno de tus hermanos, de tus parientes y
de toda la casa de Israel, dicen los habitantes de Jerusalén: Seguid lejos de
Yahveh; a nosotros se nos ha dado esta tierra en posesión.
16 Por eso, di: Así dice el Señor Yahveh: Sí, yo los he alejado entre
las naciones, y los he dispersado por los países, pero yo he sido un santuario
para ellos, por poco tiempo, en los países adonde han ido.
17 Por eso, di: Así dice el Señor Yahveh: Yo os recogeré de en medio
de los pueblos, os congregaré de los países en los que habéis
sido
dispersados, y os daré la tierra de Israel.
18 Vendrán y quitarán de ella todos sus monstruos y abominaciones;
19 yo les daré un solo corazón y pondré en ellos un espíritu
nuevo:
quitaré de su carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne,
20 para que caminen según mis preceptos, observen mis normas y las
pongan en práctica, y así sean mi pueblo y yo sea su Dios.
21 En cuanto a aquellos cuyo corazón va en pos de sus monstruos y
abominaciones, yo haré recaer su conducta sobre su cabeza, oráculo del
Señor Yahveh.»
22 Los querubines desplegaron sus alas y las ruedas les siguieron,
mientras la gloria del Dios de Israel estaba encima de ellos.
23 La gloria de Yahveh se elevó de en medio de la ciudad y se detuvo
sobre el monte que está al oriente de la ciudad.
24 El espíritu me elevó y me llevó a Caldea, donde los desterrados, en
visión, en el espíritu de Dios; y la visión que había contemplado se retiró de
mí.
25 Yo conté a los desterrados todo lo que Yahveh me había dado a