16 Por eso, di: Así dice el Señor Yahveh: Sí, yo los he alejado entre
las naciones, y los he dispersado por los países, pero yo he sido un santuario
para ellos, por poco tiempo, en los países adonde han ido.
17 Por eso, di: Así dice el Señor Yahveh: Yo os recogeré de en medio
de los pueblos, os congregaré de los países en los que habéis
sido
dispersados, y os daré la tierra de Israel.
18 Vendrán y quitarán de ella todos sus monstruos y abominaciones;
19 yo les daré un solo corazón y pondré en ellos un espíritu
nuevo:
quitaré de su carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne,
20 para que caminen según mis preceptos, observen mis normas y las
pongan en práctica, y así sean mi pueblo y yo sea su Dios.
21 En cuanto a aquellos cuyo corazón va en pos de sus monstruos y
abominaciones, yo haré recaer su conducta sobre su cabeza, oráculo del
Señor Yahveh.»
22 Los querubines desplegaron sus alas y las ruedas les siguieron,
mientras la gloria del Dios de Israel estaba encima de ellos.
23 La gloria de Yahveh se elevó de en medio de la ciudad y se detuvo
sobre el monte que está al oriente de la ciudad.
24 El espíritu me elevó y me llevó a Caldea, donde los desterrados, en
visión, en el espíritu de Dios; y la visión que había contemplado se retiró de
mí.