8 Volveré mi rostro contra ese hombre, haré de él ejemplo
y
proverbio, le extirparé de en medio de mi pueblo, y sabréis que yo
soy
Yahveh.
9 Y si el profeta se deja seducir y pronuncia una palabra, es que yo,
Yahveh, he seducido a ese profeta; extenderé mi mano contra él y
le
exterminaré de en medio de mi pueblo Israel.
10 Cargarán con el peso de sus culpas ambos: la culpa del profeta será
como la del que le consulte.
11 Así, la casa de Israel no se desviará más lejos de mí ni
seguirá
manchándose con todas sus culpas. Ellos serán mi pueblo y yo seré
su
Dios, oráculo del Señor Yahveh.
12 La palabra de Yahveh me fue dirigida en estos términos: