7 Y les dije: Arrojad cada uno los monstruos que seducen vuestros
ojos, no os contaminéis con las basuras de Egipto; yo soy Yahveh, vuestro
Dios.
8 Pero ellos se rebelaron contra mí y no quisieron escucharme.
Ninguno arrojó los monstruos que seducían sus ojos; ninguno abandonó las
basuras de Egipto. Pensé entonces, derramar mi furor sobre
ellos y
desahogar en ellos mi cólera, en medio del país de Egipto.
9 Pero tuve consideración a mi nombre y procedí de modo que no
fuese profanado a los ojos de las naciones entre las que
ellos se
encontraban, y a la vista de las cuales me había manifestado a
ellos,
sacándolos del país de Egipto.
10 Por eso, los saqué del país de Egipto y los conduje al desierto.
11 Les di mis preceptos y les di a conocer mis normas, por las que el
hombre vive, si las pone en práctica.
12 Y les di además mis sábados como señal entre ellos y yo, para que
supieran que yo soy Yahveh, que los santifico.
13 Pero la casa de Israel se rebeló contra mí en el desierto; no
se
condujeron según mis preceptos, rechazaron mis normas por las que vive el
hombre, si las pone en práctica, y no hicieron más que profanar mis
sábados. Entonces pensé en derramar mi furor sobre ellos en el
desierto,
para exterminarlos.