19 Y tú, hijo de hombre, profetiza y bate palmas. ¡Golpee la espada
dos, tres veces, la espada de las víctimas, la espada de la gran víctima, que
les amenaza en torno!
20 A fin de que desmaye el corazón y abunden las ocasiones de caída,
en todas las puertas he puesto yo matanza por la espada, hecha para
centellear, bruñida para la matanza.
21 ¡Toma un rumbo: a la derecha, vuélvete a la izquierda, donde tus
filos sean requeridos!
22 Yo también batiré palmas, saciaré mi furor. Yo, Yahveh, he
hablado.
23 La palabra de Yahveh me fue dirigida en estos términos:
24 Y tú, hijo de hombre, marca dos caminos por donde venga la
espada del rey de Babilonia, que salgan los dos del mismo país, y
marca
una señalización, márcala en la cabecera del camino de la ciudad;