18 Hijo de hombre, la casa de Israel se me ha convertido en escoria;
todos son cobre, estaño, hierro, plomo, en medio de un horno; ¡escoria son!
19 Por eso, así dice el Señor Yahveh: Por haberos convertido todos
vosotros en escoria, por eso voy a juntaros en medio de Jerusalén.
20 Como se pone junto plata, cobre, hierro, plomo y estaño en el
horno, y se atiza el fuego por debajo para fundirlo todo, así os juntaré yo en
mi cólera y mi furor; os pondré y os fundiré.
21 Os reuniré, atizaré contra vosotros el fuego de mi furia, y os
fundiré en medio de la ciudad.
22 Como se funde la plata en medio del horno, así seréis fundidos
vosotros en medio de ella, y sabréis que yo, Yahveh, he derramado mi furor
sobre vosotros.
23 La palabra de Yahveh me fue dirigida en estos términos:
24 Hijo de hombre, dile: Eres una tierra que no ha tenido lluvia ni
inundación en el día de la Ira;
25 los príncipes que en ella residen son como un león rugiente que
desgarra su presa. Han devorado a la gente, se han apoderado de haciendas
y joyas, han multiplicado las viudas en medio de ella.
26 Sus sacerdotes han violado mi ley y profanado mis cosas sagradas;
no han hecho diferencia entre lo sagrado y lo profano, ni han enseñado a
distinguir entre lo puro y lo impuro; se han tapado los ojos para no ver mis
sábados, y yo he sido deshonrado en medio de ellos.
27 Sus jefes, en medio de ella, son como lobos que desgarran su presa,
que derraman sangre, matando a las personas para robar sus bienes.
28 Sus profetas los han recubierto de argamasa con sus vanas visiones
y sus presagios mentirosos, diciendo: «Así dice el Señor Yahveh», cuando
Yahveh no había hablado.
29 El pueblo de la tierra ha hecho violencia y cometido pillaje, ha
oprimido al pobre y al indigente, ha maltratado al forastero sin
ningún
derecho.