7 En ti se desprecia al padre y a la madre, en ti se maltrata al forastero
residente, en ti se oprime al huérfano y a la viuda.
8 No tienes respeto a mis cosas sagradas, profanas mis sábados.
9 Hay en ti gente que calumnia para verter sangre. En ti se come en
los montes, y se comete infamia.
10 En ti se descubre la desnudez del propio padre, en ti se hace
violencia a la mujer en estado de impureza.
11 Un comete abominación con la mujer de su prójimo, el otro se
contamina de manera infame con su nuera, otro hace violencia a su
hermana, la hija de su propio padre;
12 en ti se acepta soborno para derramar sangre; tomas a usura e
interés, explotas a tu prójimo con violencia, y te has olvidado de
mí,
oráculo del Señor Yahveh.
13 Mira, yo voy a batir palmas a causa de los actos de pillaje que has
cometido y de la sangre que corre en medio de ti.
14 ¿Podrá tu corazón resistir y tus manos seguir firmes el día en que
yo actúe contra ti? Yo, Yahveh, he hablado y lo haré.
15 Te dispersaré entre las naciones, te esparciré por los países, borraré
la impureza que hay en medio de ti,
16 por ti misma te verás profanada a los ojos de las naciones, y sabrás
que yo soy Yahveh.
17 La palabra de Yahveh me fue dirigida en estos términos:
18 Hijo de hombre, la casa de Israel se me ha convertido en escoria;
todos son cobre, estaño, hierro, plomo, en medio de un horno; ¡escoria son!
19 Por eso, así dice el Señor Yahveh: Por haberos convertido todos
vosotros en escoria, por eso voy a juntaros en medio de Jerusalén.