14 Yo, Yahveh, he hablado, y cumplo la palabra: no me retraeré, no
tendré piedad ni me compadeceré. Según tu conducta y según tus obras te
juzgarán, oráculo del Señor Yahveh.
15 La palabra de Yahveh me fue dirigida en estos términos:
16 «Hijo de hombre, mira, voy a quitarte de golpe el encanto de tus
ojos. Pero tú no te lamentarás, no llorarás, no te saldrá una lágrima.
17 Suspira en silencio, no hagas duelo de muertos; ciñe el turbante a
tu cabeza, ponte tus sandalias en los pies, no te cubras la barba, no comas
pan ordinario.»
18 Yo hablé al pueblo por la mañana, y por la tarde murió mi mujer; y
al día siguiente por la mañana hice como se me había ordenado.
19 El pueblo me dijo: «¿No nos explicarás qué significado tiene para
nosotros lo que estás haciendo?»
20 Yo les dije: «La palabra de Yahveh me ha sido dirigida en estos
términos:
21 Di a la casa de Israel: Así dice el Señor Yahveh: He aquí que yo
voy a profanar mi santuario, orgullo de vuestra fuerza, encanto de vuestros
ojos, pasión de vuestras almas. Vuestros hijos y vuestras hijas que
habéis
abandonado, caerán a espada.
22 Y vosotros haréis como yo he hecho: no os cubriréis la barba, no
comeréis pan ordinario,
23 seguiréis llevando vuestros adornos en la cabeza y vuestras
sandalias en los pies, no os lamentaréis ni lloraréis. Os consumiréis a causa
de vuestras culpas y gemiréis los unos con los otros.
24 Ezequiel será para vosotros un símbolo; haréis todo lo que él ha
hecho. Y cuando esto suceda, sabréis que yo soy el Señor Yahveh.»
25 Y tú, hijo de hombre, el día en que yo les quite su apoyo, su alegre
ornato, el encanto de sus ojos, el anhelo de su alma, sus hijos y sus hijas,
26 ese día llegará donde ti el fugitivo que traerá la noticia.
27 Aquel día se abrirá tu boca para hablar al fugitivo; hablarás y ya no
seguirás mudo; serás un símbolo para ellos, y sabrán que yo soy Yahveh.