4 por eso, he aquí que yo te entrego en posesión a los hijos de Oriente;
emplazarán en ti sus campamentos, y pondrán en ti sus tiendas;
ellos
comerán tus frutos y ellos beberán tu leche.
5 Yo haré de Rabbá un establo de camellos, y de las ciudades de
Ammón un redil de ovejas. Y sabréis que yo soy Yahveh.
6 Así dice el Señor Yahveh: Por haber batido palmas y haber
pataleado, por haberte alegrado, con todo tu desprecio y animosidad, a costa
de la tierra de Israel,
7 por eso, he aquí que yo extiendo mi mano contra ti y te entregaré al
saqueo de las naciones, te extirparé de entre los pueblos y te exterminaré de
entre los países. Te destruiré, y sabrás que yo soy Yahveh.
8 Así dice el Señor Yahveh: Porque Moab y Seír han dicho: «Mirad,
la casa de Judá es igual que todas las naciones»,
9 por eso, he aquí que yo voy a abrir las espaldas de Moab, y a
destruir de un extremo al otro sus ciudades, las joyas de ese país,
Bet
Hayesimot, Baal Meón, Quiryatáyim.
10 A los hijos de Oriente, además de los ammonitas, la entrego en
posesión, para que no se recuerde más entre las naciones.
11 Haré justicia de Moab, y se sabrá que yo soy Yahveh.