4 Derruirán las murallas de Tiro y abatirán sus torres. Yo barreré de
ella hasta el polvo y la dejaré como roca pelada.
5 Quedará, en medio del mar, como un secadero de redes. Porque he
hablado yo, oráculo del Señor Yahveh. Tiro será presa propicia para
las
naciones.
6 Y sus hijas que están tierra adentro serán muertas a espada. Y se
sabrá que yo soy Yahveh.
7 Pues así dice el Señor Yahveh: He aquí que yo traigo contra Tiro,
por el norte, a Nabucodonosor, rey de Babilonia, rey de reyes, con caballos,
carros y jinetes y gran número de tropas.
8 A tus hijas que están tierra adentro las matará a espada. Hará contra
ti trincheras, levantará contra ti un terraplén, alzará contra ti un testudo,
9 lanzará los golpes de su ariete contra tus murallas, demolerá tus
torres con sus máquinas.
10 Sus caballos son tan numerosos que su polvo te cubrirá. Al
estrépito de su caballería, de sus carros y carretas, trepidarán tus murallas
cuando entre él por tus puertas, como se entra en una ciudad, brecha abierta.
11 Con los cascos de sus caballos hollará todas tus calles, a tu pueblo
pasará a cuchillo, y tus grandiosas estelas se desplomarán en tierra.
12 Se llevarán como botín tus riquezas, saquearán tus mercancías,
destruirán tus murallas, demolerán tus casas suntuosas. Tus piedras,
tus
vigas y tus escombros los echarán al fondo de las aguas.
13 Yo haré cesar la armonía de tus canciones, y no se volverá a oír el
son de tus cítaras.
14 Te convertiré en roca pelada, quedarás como secadero de redes; no
volverás a ser reconstruida, porque yo, Yahveh, he hablado, oráculo
del
Señor Yahveh.
15 Así dice el Señor Yahveh a Tiro: Al estruendo de tu caída, cuando
giman las víctimas, cuando hierva la carnicería en medio de ti, ¿no
temblarán las islas?
16 Bajarán de sus tronos todos los príncipes del mar, se quitarán sus
mantos, dejarán sus vestidos recamados. Se vestirán de pavores, se sentarán
en tierra, sin tregua temblarán y quedarán pasmados por ti.