Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Ezequiel 27, 5-21

5 Con cipreses de Senir te construyeron todas tus planchas. Del
Líbano tomaron un cedro para erigirte un mástil.

6 De las encinas de Basán hicieron tus remos. El puente te lo hicieron
de marfil incrustado en cedro de las islas de Kittim.

7 De lino recamado de Egipto era tu vela que te servía de enseña.

Púrpura y escarlata de las islas de Elisá formaban tu toldo.

8 Los habitantes de Sidón y de Arvad eran tus remeros. Y tus sabios,
Tiro, iban a bordo como timoneles.

9 En ti estaban los ancianos de Guebal y sus artesanos para reparar tus
averías. Todas las naves del mar y sus marineros estaban contigo para
asegurar tu comercio.

10 Los de Persia, de Lud y de Put servían en tu ejército como hombres
de guerra; suspendían en ti el escudo y el yelmo, te daban esplendor.

11 Los hijos de Arvad, con tu ejército, guarnecían por todas partes tus
murallas, y los gammadeos tus torres. Suspendían sus escudos en tus
murallas, todo alrededor, y hacían perfecta tu hermosura.

12 Tarsis era cliente tuya, por la abundancia de toda riqueza: plata,
hierro, estaño y plomo daba por tus mercancías.

13 Yaván, Túbal y Mések traficaban contigo: te daban a cambio
hombres y utensilios de bronce.

14 Los de Bet Togarmá daban por tus mercancías caballos de tiro y de
silla, y mulos.

15 Los hijos de Rodán traficaban contigo; numerosas islas eran
clientes tuyas; te pagaban con colmillos de marfil y madera de ébano.

16 Edom era cliente tuyo por la abundancia de tus productos: daba por
tus mercancías malaquita, púrpura, recamados, batista, coral y rubíes.

17 Judá y la tierra de Israel traficaban también contigo: te daban a
cambio trigo de Minnit, pannag, miel, aceite y resina.

18 Damasco era cliente tuya por la abundancia de tus productos;
gracias a la abundancia de toda riqueza, te proveía de vino de Jelbón y lana
de Sajar.

19 Dan y Yaván, desde Uzal, daban por tus mercancías hierro forjado,
canela y caña.

20 Dedán traficaba contigo en sillas de montar.

21 Arabia y todos los príncipes de Quedar eran también tus clientes:
pagaban con corderos, carneros y machos cabríos.