8 te precipitarán en la fosa, y morirás de muerte violenta en el corazón
de los mares.
9 ¿Podrás decir aún: «Soy un dios», ante tus verdugos? Pero serás un
hombre, que no un dios, entre las manos de los que te traspasen.
10 Tendrás la muerte de los incircuncisos, a manos de extranjeros.
Porque he hablado yo, oráculo del Señor Yahveh.
11 La palabra de Yahveh me fue dirigida en estos términos:
12 Hijo de hombre, entona una elegía sobre el rey de Tiro. Le dirás:
Así dice el Señor Yahveh: Eras el sello de una obra maestra, lleno
de
sabiduría, acabado en belleza.