7 cuando ellos te agarraban, te rompías en sus manos y desgarrabas
toda su palma; cuando se apoyaban en tí, te hacías pedazos y hacías vacilar
todos los riñones.
8 Por eso, así dice el Señor Yahveh: He aquí que yo traigo contra ti la
espada, para extirpar de ti hombres y bestias.