8 No le igualaban los demás cedros en el jardín de Dios, los cipreses
no podían competir con su ramaje, los plátanos no tenían ramas como las
suyas. Ningún árbol, en el jardín de Dios, le igualaba en belleza.
9 Yo le había embellecido con follaje abundante, y le envidiaban
todos los árboles de Edén, los del jardín de Dios.
10 Pues bien, así dice el Señor Yahveh: Por haber exagerado su talla,
levantando su copa por entre las nubes, y haberse engreído su corazón de su
altura,