29 Y se sabrá que yo soy Yahveh, cuando convierta esta tierra soledad
desolada, por todas las abominaciones que han cometido.
30 En cuanto a ti, hijo de hombre, los hijos de tu pueblo hablan de ti a
la vera de los muros y a las puertas de las casas. Se dicen unos
a otros:
«Vamos a escuchar qué palabra viene de parte de Yahveh.»
31 Y vienen a ti en masa, y mi pueblo se sienta delante de ti; escuchan
tus palabras, pero no las ponen en práctica. Porque hacen amores con
su
boca, pero su corazón sólo anda buscando su interés.
32 Tú eres para ellos como una canción de amor, graciosamente
cantada, con acompañamiento de buena música. Escuchan tus palabras,
pero no hay quien las cumpla.