5 Por haber alimentado un odio eterno y haber entregado a la espada a
los hijos de Israel el día de su desastre, el día de su última culpa,
6 por eso, por mi vida, oráculo del Señor Yahveh, que yo te dejaré en
sangre y la sangre te perseguirá. Sí, eres rea de sangre, ¡y la
sangre te
perseguirá!
7 Haré de la montaña de Seír una soledad desolada, y extirparé de allí
al que va y al que viene.
8 Llenaré de víctimas sus montes; en tus colinas, en tus valles y en
todos tus barrancos, caerán las víctimas de la espada.
9 Te convertiré en soledades eternas, tus ciudades no volverán a ser
habitadas, y sabréis que yo soy Yahveh.
10 Por haber dicho tú: «Las dos naciones, los dos países son míos,
vamos a tomarlos en posesión», siendo así que Yahveh estaba allí,