15 Cuando, al recorrer el país, alguno de ellos vea huesos humanos,
pondrá al lado una señal hasta que los sepultureros los entierren en el valle
de Hamón Gog,
16 (Hamoná es también el nombre de una ciudad) y purifiquen así la
tierra.
17 En cuanto a ti, hijo de hombre, así dice el Señor Yahveh: Di a los
pájaros de todas clases y a todas las fieras del campo: Congregaos, venid,
reuníos de todas partes para el sacrificio que yo os ofrezco, un
gran
sacrificio sobre los montes de Israel; comeréis carne y beberéis sangre.
18 Carne de héroes comeréis, sangre de príncipes de la tierra beberéis.
Todos son carneros, corderos, machos cabríos, pingües toros de Basán.
19 Comeréis grasa hasta la saciedad y beberéis sangre hasta la
embriaguez, en este sacrificio que yo os brindo.
20 Os hartaréis a mi mesa de caballos y caballeros, de héroes y de toda
clase de guerreros, oráculo del Señor Yahveh.
21 Así manifestaré yo mi gloria entre las naciones, y todas las
naciones verán el juicio que voy a ejecutar y la mano que pondré
sobre
ellos.
22 Y la casa de Israel sabrá desde ese día en adelante que yo soy
Yahveh su Dios.
23 Y sabrán las naciones que la casa de Israel fue deportada por sus
culpas, que, por haberme sido infieles, yo les oculté mi rostro y
los
entregué en manos de sus enemigos, y cayeron todos a espada.
24 Los traté como lo merecían sus impurezas y sus crímenes, y les
oculté mi rostro.
25 Por eso, así dice el Señor Yahveh: Ahora voy a hacer volver a los
cautivos de Jacob, me compadeceré de toda la casa de Israel, y me
mostraré celoso de mi santo nombre.
26 Ellos olvidarán su ignominia y todas las infidelidades que
cometieron contra mí, cuando vivan seguros en su país, sin que nadie
los
inquiete.
27 Cuando yo los haga volver de entre los pueblos y los recoja de los
países de sus enemigos, manifestaré en ellos mi santidad a los ojos
de
numerosas naciones,