7 que habéis cometido introduciendo extranjeros incircuncisos de
corazón y de cuerpo para que estuvieran en mi santuario y profanaran mi
Casa, cuando me ofrecíais mi alimento, grasa y sangre; así habéis roto mi
alianza con todas vuestras abominaciones.
8 En lugar de atender al ministerio de mis cosas santas, habéis
encargado a otros el ejercicio de mi ministerio en mi Santuario, en
lugar
vuestro.
9 Así dice el Señor Yahveh: Ningún extranjero, incircunciso de
corazón y de cuerpo, entrará en mi santuario, ninguno de los extranjeros
que viven en medio de los israelitas.
10 En cuanto a los levitas, que me abandonaron cuando Israel se
descarriaba lejos de mí para ir en pos de sus basuras, soportarán el peso de
sus culpas.
11 Serán en mi Santuario los encargados de la guardia de las puertas
de la Casa y ministros del servicio de la Casa. Ellos inmolarán el holocausto
y el sacrificio por el pueblo, y estarán a su disposición para servirle.
12 Por haberse puesto a su servicio delante de sus basuras y haber sido
para la casa de Israel ocasión de culpa, por eso, yo levanto la mano contra
ellos - oráculo del Señor Yahveh - y soportarán el peso de su culpa.
13 No se acercarán más a mí para ejercer ante mí el sacerdocio ni para
tocar mis cosas santas y las cosas sacratísimas: soportarán el peso
de su
ignominia y de las abominaciones que cometieron.
14 Les encargaré de ejercer el ministerio en la Casa, en lo que atañe a
su servicio y a todo lo que allí se hace.
15 Pero los sacerdotes levitas, hijos de Sadoq, que cumplieron mi
ministerio en el santuario cuando los israelitas se descarriaban lejos de mí,
ellos sí se acercarán a mí para servirme, y estarán en mi presencia
para
ofrecerme la grasa y la sangre, oráculo del Señor Yahveh.
16 Ellos entrarán en mi Santuario y se acercarán a mi mesa para
servirme; ellos cumplirán mi ministerio.