8 Cuando el príncipe entre, entrará por el vestíbulo del pórtico y por el
mismo saldrá.
9 Y cuando el pueblo de la tierra venga ante Yahveh en
las
solemnidades, los que entren por el pórtico septentrional para
postrarse,
saldrán por el pórtico meridional, y los que entren por el pórtico meridional
saldrán por el pórtico septentrional. Nadie volverá a salir por el pórtico por
donde entró, sino que saldrá por el de enfrente.
10 Y el príncipe irá en medio de ellos; entrará como ellos y saldrá
como ellos.
11 En las fiestas y solemnidades, la oblación será de una medida por
novillo, de una medida por carnero, por los corderos a discreción, y
de
aceite, un sextario por medida.
12 Cuando el príncipe ofrezca un holocausto voluntario o un sacrificio
de comunión voluntario a Yahveh, se le abrirá el pórtico que mira
a
oriente, ofrecerá su holocausto y su sacrificio de comunión, de la
misma
manera que el día de sábado, saldrá luego, y el pórtico se cerrará en cuanto
haya salido.
13 Ofrecerás cada día en holocausto a Yahveh un cordero de un año
sin defecto: lo ofrecerás cada mañana.
14 Ofrecerás además cada mañana, como oblación, un sexto de
medida, y de aceite, un tercio de sextario, para amasar la flor de
harina.
Esto es la oblación a Yahveh, decreto eterno, fijo para siempre.
15 Se ofrecerá el cordero, la oblación y el aceite, cada mañana, como
holocausto perpetuo.
16 Así dice el Señor Yahveh: Si el príncipe hace un regalo a alguno de
sus hijos, tomándolo de su heredad, el regalo pertenecerá a sus hijos, será su
propiedad por derecho de herencia.