11 Por eso, por mi vida, oráculo del Señor Yahveh, que de la misma
manera que tú has contaminado mi santuario con todos tus horrores y todas
tus abominaciones, yo también te rechazaré a ti sin una mirada de piedad,
tampoco yo perdonaré.
12 Un tercio de los tuyos morirá de peste o perecerá de hambre en
medio de ti, otro tercio caerá a espada, en tus alrededores, y al otro tercio
lo
esparciré yo a todos los vientos, desenvainando la espada detrás de ellos.
13 Mi cólera se desahogará y saciaré en ellos mi furor; me vengaré y
sabrán entonces que yo, Yahveh, he hablado en mi celo, cuando desahogue
mi furor en ellos.
14 Y haré de ti una ruina, un oprobio entre las naciones que te rodean,
a los ojos de todos los transeúntes.
15 Serás oprobio y blanco de insultos, ejemplo y asombro para las
naciones que te rodean, cuando yo haga justicia de ti con cólera y furor, con
furiosos escarmientos. Yo, Yahveh, he hablado.