9 Y vuestros supervivientes se acordarán de mí, entre las naciones
adonde hayan sido deportados, aquellos a quienes yo haya quebrantado el
corazón adúltero que se apartó de mí y los ojos que se prostituyeron detrás
de sus basuras. Tendrán horror de sí mismos por las
maldades que
cometieron con todas sus abominaciones.
10 Y sabrán que yo soy Yahveh: no había hablado en vano de
infligirles todos estos males.
11 Así dice el Señor Yahveh. Bate las manos, patalea y di: «¡Ay!»,
por todas las execrables abominaciones de la casa de Israel, que va a caer
por la espada, el hambre y la peste.
12 El que esté lejos morirá de peste, el que esté cerca caerá a espada,
el que quede sitiado morirá de hambre, porque yo desahogaré mi furor en
ellos.
13 Y sabréis que yo soy Yahveh, cuando sus víctimas queden allí
entre sus basuras alrededor de sus altares, en toda colina elevada,
en la
cima de todos los montes, bajo todo árbol verde, bajo toda encina frondosa,
dondequiera que ofrecen calmante aroma a todas sus basuras.