5 El me dijo: «Hijo de hombre, levanta tus ojos hacia el norte.»
Levanté mis ojos hacia el norte y vi que al norte del pórtico del altar estaba
este ídolo de los celos, a la entrada.
6 Me dijo: «Hijo de hombre, ¿ves lo que hacen éstos, las grandes
abominaciones que la casa de Israel comete aquí para alejarme de mi
santuario? Todavía has de ver otras grandes abominaciones».
7 Me llevó a la entrada del atrio. Yo miré: había un agujero en la
pared.
8 Y me dijo: «Hijo de hombre, perfora la pared.» Perforé la pared y se
hizo una abertura.
9 Y me dijo: «Entra y contempla las execrables abominaciones que
éstos cometen ahí.»
10 Entré y observé: toda clase de representaciones de reptiles y
animales repugnantes, y todas las basuras de la casa de Israel
estaban
grabados en la pared, todo alrededor.