7 Luego les dijo: «Manchad la Casa, llenad de víctimas los atrios;
salid.» Salieron y fueron hiriendo por la ciudad.
8 Mientras ellos herían, yo quedé solo allí y caí rostro en tierra.
Exclamé: «¡Ah, Señor Yahveh!, ¿vas a exterminar a todo el resto de Israel,
derramando tu furor contra Jerusalén?»
9 Me dijo: «La culpa de la casa de Israel y de Judá es muy
grande,
mucho; la tierra está llena de sangre, la ciudad llena de perversidad. Pues
dicen: “Yahveh ha abandonado la tierra, Yahveh no ve nada.”
10 Pues bien, tampoco yo tendré una mirada de piedad ni perdonaré.
Haré caer su conducta sobre su cabeza».
11 En aquel momento el hombre vestido de lino que llevaba la cartera
a la cintura, vino a hacer su relación: «He ejecutado lo que me ordenaste.»