15 Es cierto que algunos predican a Cristo por envidia y rivalidad;
mas hay también otros que lo hacen con buena intención;
16 éstos, por amor, conscientes de que yo estoy puesto para defender
el Evangelio;
17 aquéllos, por rivalidad, no con puras intenciones, creyendo que
aumentan la tribulación de mis cadenas.
18 Pero ¿y qué? Al fin y al cabo, hipócrita o sinceramente, Cristo es
anunciado, y esto me alegra y seguirá alegrándome.
19 Pues yo sé que = esto servirá para mi salvación = gracias a vuestras
oraciones y a la ayuda prestada por el Espíritu de Jesucristo,
20 conforme a lo que aguardo y espero, que en modo alguno seré
confundido; antes bien, que con plena seguridad, ahora como siempre,
Cristo será glorificado en mi cuerpo, por mi vida o por mi muerte,
21 pues para mí la vida es Cristo, y la muerte, una ganancia.
22 Pero si el vivir en la carne significa para mí trabajo fecundo, no sé
qué escoger...
23 Me siento apremiado por las dos partes: por una parte, deseo partir
y estar con Cristo, lo cual, ciertamente, es con mucho lo mejor;
24 mas, por otra parte, quedarme en la carne es más necesario para
vosotros.
25 Y, persuadido de esto, sé que me quedaré y permaneceré con todos
vosotros para progreso y gozo de vuestra fe,
26 a fin de que tengáis por mi causa un nuevo motivo de orgullo en
Cristo Jesús cuando yo vuelva a estar entre vosotros.
27 Lo que importa es que vosotros llevéis una vida digna
del
Evangelio de Cristo, para que tanto si voy a veros como si estoy ausente,
oiga de vosotros que os mantenéis firmes en un mismo espíritu y
lucháis
acordes por la fe del Evangelio,
28 sin dejaros intimidar en nada por los adversarios, lo cual es
para
ellos señal de perdición, y para vosotros de salvación. Todo esto viene de
Dios.
29 Pues a vosotros se os ha concedido la gracia de que por Cristo... no
sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él,
30 sosteniendo el mismo combate en que antes me visteis y en el que
ahora sabéis que me encuentro.