25 Entretanto, he juzgado necesario devolveros a Epafrodito, mi
hermano, colaborador y compañero de armas, enviado por vosotros con el
encargo de servirme en mi necesidad,
26 porque os está añorando a todos vosotros y anda angustiado porque
sabe que ha llegado a vosotros la noticia de su enfermedad.
27 Es cierto que estuvo enfermo y a punto de morir. Pero Dios se
compadeció de él; y no sólo de él, sino también de mí, para que no tuviese
yo tristeza sobre tristeza.