1 Por lo demás, hermanos míos, alegraos en el Señor... Volver a
escribiros las mismas cosas, a mí no me es molestia, y a vosotros
os da
seguridad.
2 Atención a los perros; atención a los obreros malos; atención a los
falsos circuncisos.
3 Pues los verdaderos circuncisos somos nosotros, los que damos
culto según el Espíritu de Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús sin poner
nuestra confianza en la carne,
4 aunque yo tengo motivos para confiar también en la carne. Si algún
otro cree poder confiar en la carne, más yo.
5 Circuncidado el octavo día; del linaje de Israel; de la tribu de
Benjamín; hebreo e hijo de hebreos; en cuanto a la Ley, fariseo;
6 en cuanto al celo, perseguidor de la Iglesia; en cuanto a la justicia de
la Ley, intachable.
7 Pero lo que era para mí ganancia, lo he juzgado una pérdida a causa
de Cristo.
8 Y más aún: juzgo que todo es pérdida ante la sublimidad del
conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por quien perdí todas las cosas, y
las tengo por basura para ganar a Cristo,