2 Atención a los perros; atención a los obreros malos; atención a los
falsos circuncisos.
3 Pues los verdaderos circuncisos somos nosotros, los que damos
culto según el Espíritu de Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús sin poner
nuestra confianza en la carne,
4 aunque yo tengo motivos para confiar también en la carne. Si algún
otro cree poder confiar en la carne, más yo.