3 Pues bien, ni siquiera Tito que estaba conmigo, con ser griego, fue
obligado a circuncidarse.
4 Pero, a causa de los intrusos, los falsos hermanos que solapadamente
se infiltraron para espiar la libertad que tenemos en Cristo Jesús, con el fin
de reducirnos a esclavitud,
5 a quienes ni por un instante cedimos, sometiéndonos, a fin de
salvaguardar para vosotros la verdad del Evangelio...
6 Y de parte de los que eran tenidos por notables - ¡qué me importa lo
que fuesen!: en Dios no hay acepción de personas - en todo caso,
los
notables nada nuevo me impusieron.