...la Biblia de Jerusalén
Gálatas 3, 20-22
20 Ahora bien, cuando hay uno solo no hay mediador, y Dios es uno
solo.
21 Según eso, ¿la ley se opone a las promesas de Dios? ¡De ningún
modo! Si de hecho se nos hubiera otorgado una ley capaz de vivificar, en
ese caso la justicia vendría realmente de la ley.
22 Pero, de hecho, la Escritura encerró todo bajo el pecado, a fin de
que la Promesa fuera otorgada a los creyentes mediante la fe en Jesucristo.