23 Pero el de la esclava nació según la naturaleza; el de la
libre, en
virtud de la Promesa.
24 Hay en ello una alegoría: estas mujeres representan dos alianzas; la
primera, la del monte Sinaí, madre de los esclavos, es Agar,
25 (pues el monte Sinaí está en Arabia) y corresponde a la Jerusalén
actual, que es esclava, y lo mismo sus hijos.
26 Pero la Jerusalén de arriba es libre; ésa es nuestra madre,
27 pues dice la Escritura: = Regocíjate estéril, la que no das
hijos;
rompe en gritos de júbilo, la que no conoces los dolores de parto, que más
son los hijos de la abandonada que los de la casada. =
28 Y vosotros, hermanos, a la manera de Isaac, sois hijos de la
Promesa.