10 Por mi parte, confío en el Señor que vosotros no pensaréis de otra
manera; pero el que os perturba llevará su castigo, quienquiera que sea.
11 En cuanto a mí, hermanos, si aún predico la circuncisión, ¿por qué
soy todavía perseguido? ¡Pues se acabó ya el escándalo de la cruz!
12 ¡Ojalá que se mutilaran los que os perturban!
13 Porque, hermanos, habéis sido llamados a la libertad; sólo que no
toméis de esa libertad pretexto para la carne; antes al contrario, servíos por
amor los unos a los otros.
14 Pues toda la ley alcanza su plenitud en este solo precepto: =
Amarás a tu prójimo como a ti mismo. =
15 Pero si os mordéis y os devoráis mutuamente, ¡mirad no vayáis
mutuamente a destruiros!
16 Por mi parte os digo: Si vivís según el Espíritu, no daréis
satisfacción a las apetencias de la carne.
17 Pues la carne tiene apetencias contrarias al espíritu, y el
espíritu
contrarias a la carne, como que son entre sí antagónicos, de forma que no
hacéis lo que quisierais.
18 Pero, si sois conducidos por el Espíritu, no estáis bajo la ley.