7 Yahveh se apareció a Abram y le dijo: «A tu descendencia he de dar
esta tierra.» Entonces él edificó allí un altar a Yahveh que se le
había
aparecido.
8 De allí pasó a la montaña, al oriente de Betel, y desplegó su tienda,
entre Betel al occidente y Ay al oriente. Allí edificó un altar a
Yahveh e
invocó su nombre.
9 Luego Abram fue desplazándose por acampadas hacia el Négueb.
10 Hubo hambre en el país, y Abram bajó a Egipto a pasar allí una
temporada, pues el hambre abrumaba al país.
11 Estando ya próximo a entrar en Egipto, dijo a su mujer Saray:
«Mira, yo sé que eres mujer hermosa.
12 En cuanto te vean los egipcios, dirán: “Es su mujer”, y me matarán
a mí, y a ti te dejarán viva.
13 Di, por favor, que eres mi hermana, a fin de que me vaya bien por
causa tuya, y viva yo en gracia a ti.»
14 Efectivamente cuando Abram entró en Egipto, vieron los egipcios
que la mujer era muy hermosa.
15 Viéronla los oficiales de Faraón, los cuales se la ponderaron, y la
mujer fue llevada al palacio de Faraón.
16 Este trató bien por causa de ella a Abram, que tuvo ovejas, vacas,
asnos, siervos, siervas, asnas y camellos.
17 Pero Yahveh hirió a Faraón y a su casa con grandes plagas por lo
de Saray, la mujer de Abram.
18 Entonces Faraón llamó a Abram, y le dijo: «¿Qué es lo que has
hecho conmigo? ¿Por qué no me avisaste de que era tu mujer?