12 Y sucedió que estando ya el sol para ponerse, cayó sobre Abram un
sopor, y de pronto le invadió un gran sobresalto.
13 Yahveh dijo a Abram: «Has de saber que tus descendientes serán
forasteros en tierra extraña. Los esclavizarán y oprimirán
durante
cuatrocientos años.
14 Pero yo a mi vez juzgaré a la nación a quien sirvan; y luego saldrán
con gran hacienda.
15 Tú en tanto vendrás en paz con tus padres, serás sepultado en
buena ancianidad.
16 Y a la cuarta generación volverán ellos acá; porque hasta entonces
no se habrá colmado la maldad de los amorreos.»
17 Y, puesto ya el sol, surgió en medio de densas tinieblas un horno
humeante y una antorcha de fuego que pasó por entre aquellos animales
partidos.
18 Aquel día firmó Yahveh una alianza con Abram, diciendo: «A tu
descendencia he dado esta tierra, desde el rió de Egipto hasta el Río Grande,
el río Eufrates: