Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Génesis 19, 2-15

2 dijo: «Ea, señores, por favor, desviaos hacia la casa de este servidor
vuestro. Hacéis noche, os laváis los pies, y de madrugada seguiréis vuestro
camino.» Ellos dijeron: «No; haremos noche en la plaza.»

3 Pero tanto porfió con ellos, que al fin se hospedaron en su casa. El
les preparó una comida cociendo unos panes cenceños y comieron.

4 No bien se habían acostado, cuando los hombres de la ciudad, los
sodomitas, rodearon la casa desde el mozo hasta el viejo, todo el pueblo sin
excepción.


5 Llamaron a voces a Lot y le dijeron: «¿Dónde están los hombres que
han venido donde ti esta noche? Sácalos, para que abusemos de ellos.»

6 Lot salió donde ellos a la entrada, cerró la puerta detrás de sí,
7 y dijo: «Por favor, hermanos, no hagáis esta maldad.

8 Mirad, aquí tengo dos hijas que aún no han conocido varón. Os las
sacaré y haced con ellas como bien os parezca; pero a estos hombres no les
hagáis nada, que para eso han venido al amparo de mi techo.»

9 Mas ellos respondieron: «¡Quita allá! Uno que ha venido a
avencindarse, ¿va a meterse a juez? Ahora te trataremos a ti peor
que a
ellos.» Y forcejearon con él, con Lot, de tal modo que estaban a punto de
romper la puerta.

10 Pero los hombres alargaron las manos, tiraron de Lot hacia sí,
adentro de la casa, cerraron la puerta,

11 y a los hombres que estaban a la entrada de la casa les dejaron
deslumbrados desde el chico hasta el grande, y mal se vieron para encontrar
la entrada.

12 Los hombres dijeron a Lot: «¿A quién más tienes aquí? Saca de
este lugar a tus hijos e hijas y a quienquiera que tengas en la ciudad,

13 porque vamos a destruir este lugar, que es grande el clamor de ellos
en la presencia de Yahveh, y Yahveh nos ha enviado a destruirlos.»

14 Salió Lot y habló con sus yernos, los prometidos de sus hijas:

«Levantaos, dijo, salid de este lugar, porque Yahveh va a destruir la
ciudad.» Pero sus yernos le tomaron a broma.

15 Al rayar el alba, los ángeles apremiaron a Lot diciendo:

«Levántate, toma a tu mujer y a tus dos hijas que se encuentran
aquí, no
vayas a ser barrido por la culpa de la ciudad.»