29 Así pues, cuando Dios destruyó las ciudades de la redonda, se
acordó de Abraham y puso a Lot a salvo de la catástrofe, cuando arrasó las
ciudades en que Lot habitaba.
30 Subió Lot desde Soar y se quedó a vivir en el monte con sus dos
hijas, temeroso de vivir en Soar. El y sus dos hijas se instalaron
en una
cueva.
31 La mayor dijo a la pequeña: «Nuestro padre es viejo y no hay
ningún hombre en el país que se una a nosotras, como se hace en todo el
mundo.