38 ¡Como no vayas a casa de mi padre y a mi parentela a tomar mujer
para mi hijo...!”
39 Yo dije a mi señor: “¿Y si acaso no me sigue la mujer?”
40 Y él me dijo: “Yahveh, en cuya presencia he andado, enviará su
Ángel contigo, y dará éxito a tu viaje, y así tomarás mujer para mi hijo de
mi parentela y de la casa de mi padre.
41 Entonces quedarás libre de mi maldición, cuando llegues a mi
parentela; y si no te la dieren también quedarás libre de mi maldición.»
42 Pues bien: llego hoy a la fuente y me digo: “Yahveh, Dios de mi
señor Abraham, si en efecto das éxito a este mi viaje,
43 aquí me quedo parado junto a la fuente. La doncella que salga a
sacar agua, y yo le diga: Dame de beber un poco de agua de tu cántaro
44 y ella me responda: Bebe tú, y voy a sacar también para tus
camellos, ésa será la mujer que Yahveh tiene destinada para el hijo de mi
señor.”
45 Apenas había acabado de hablar conmigo mismo, cuando he aquí
que Rebeca salía con su cántaro al hombro, bajó a la fuente y sacó agua. Yo
le dije: “Ea, dame de beber”,
46 y enseguida bajó su cántaro del hombro y dijo: “Bebe, y también
voy a abrevar tus camellos.” Bebí, pues, y ella abrevó también los camellos.