...la Biblia de Jerusalén
Génesis 27, 13-24
13 Dícele su madre: «¡Sobre mí tu maldición, hijo mío! Tú,
obedéceme, basta con eso, ve y me los traes.»
14 El fue a buscarlos y los llevó a su madre, y ella hizo un
guiso
suculento, como le gustaba a su padre.
15 Después tomó Rebeca ropas de Esaú, su hijo mayor, las más
preciosas que tenía en casa, y vistió a Jacob, su hijo pequeño.
16 Luego, con las pieles de los cabritos le cubrió las manos y la parte
lampiña del cuello,
17 y puso el guiso y el pan que había hecho en las manos de su hijo
Jacob.
18 Este entró a donde su padre, y dijo: «¡Padre!» El respondió: «Aquí
estoy; ¿quién eres, hijo?»
19 Jacob dijo a su padre: «Soy tu primogénito Esaú. He hecho como
dijiste, Anda, levántate, siéntate, y come de mi caza, para que me bendiga
tu alma.»
20 Dice Isaac a su hijo: «¡Qué listo has andado en hallarla, hijo!»
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Respondió: «Sí; es que Yahveh, tu Dios, me la puso delante.»
21 Dice Isaac a Jacob: «Acércate, que te palpe, hijo, a ver si realmente
eres o no mi hijo Esaú.»
22 Acercóse Jacob a su padre Isaac, el cual le palpó y dijo: «La voz es
la de Jacob, pero las manos son las manos de Esaú.»
23 Y no le reconoció, porque sus manos estaban velludas, como las de
su hermano Esaú. Y se dispuso a bendecirle.
24 Dijo, pues: «¿Eres tú realmente mi hijo Esaú?» Respondió: «El
mismo.»