...la Biblia de Jerusalén
Génesis 27, 8-17
8 Pues bien, hijo mío, hazme caso en lo que voy a recomendarte.
9 Ve al rebaño y tráeme de allí dos cabritos hermosos. Yo haré con
ellos un guiso suculento para tu padre como a él le gusta,
10 y tú se lo presentas a tu padre, que lo comerá, para que te bendiga
antes de su muerte.»
11 Jacob dijo a su madre Rebeca: ¡Pero si mi hermano Esaú es
velludo, y yo soy lampiño!
12 ¡A ver si me palpa mi padre, y le parece que estoy mofándome de
él! ¡Entonces me habré buscado una maldición en vez de una bendición!»
13 Dícele su madre: «¡Sobre mí tu maldición, hijo mío! Tú,
obedéceme, basta con eso, ve y me los traes.»
14 El fue a buscarlos y los llevó a su madre, y ella hizo un
guiso
suculento, como le gustaba a su padre.
15 Después tomó Rebeca ropas de Esaú, su hijo mayor, las más
preciosas que tenía en casa, y vistió a Jacob, su hijo pequeño.
16 Luego, con las pieles de los cabritos le cubrió las manos y la parte
lampiña del cuello,
17 y puso el guiso y el pan que había hecho en las manos de su hijo
Jacob.