4 Replicó la serpiente a la mujer: «De ninguna manera moriréis.
5 Es que Dios sabe muy bien que el día en que comiereis de él, se os
abrirán los ojos y seréis como dioses, conocedores del bien y del mal.»
6 Y como viese la mujer que el árbol era bueno para comer, apetecible
a la vista y excelente para lograr sabiduría, tomó de su fruto y comió, y dio
también a su marido, que igualmente comió.