36 Entonces Jacob, montando en cólera recriminó a Labán, y
encarándose con él le dijo: «¿Cual es mi delito? ¿Cuál mi pecado, que me
persigues con saña?
37 Al registrar todos mis enseres, ¿qué has hallado de todos los
enseres de tu casa? Ponlo aquí, ante mis hermanos y los tuyos, y juzguen
ellos entre nosotros dos.
38 En veinte años que llevo contigo, tus ovejas y tus cabras nunca han
malparido, y los machos de tu rebaño nunca me los he comido.
39 Ganado destrozado por fieras nunca te llevé: yo pagaba el daño, de
lo mío te cobrabas tanto si era yo robado de día como si lo era de noche.
40 Estaba yo que de día me devoraba el resistero, y de noche la
helada, mientras huía el sueño de mis ojos.
41 Estos fueron mis veinte años en tu casa. Catorce años te serví por
tus dos hijas, y seis por tus ovejas, y tú has cambiado mi paga diez veces.
42 Si el Dios de mi Padre, el Dios de Abraham y el Padrino de Isaac
no hubiese estado por mí, a fe que ahora me despacharas de vacío. Mi cuita
y la fatiga de mis manos las ha visto Dios y ha dado su fallo ayer noche.»
43 Respondió Labán y dijo a Jacob: «Estas hijas son mías, estos hijos
son mis hijos, y estas ovejas mis ovejas, todo cuanto ves, mío es. Y, ¿qué
voy a hacerles hoy a estas mis hijas?, ¿o a los hijos que me dieron?
44 Ea, pues, ven y hagamos un pacto entre los dos..., y sirva de testigo
entre nosotros dos.»
45 Jacob tomó una piedra y la erigió como estela.
46 Y dijo Jacob a sus hermanos: «Recoged piedras.» Tomaron
piedras, hicieron un majano y comieron allí sobre el majano.
47 Labán lo llamó Yegar Sahdutá, y Jacob lo llamó Galed.
48 Labán dijo: «Este majano es hoy testigo entre nosotros dos.» Por
eso le llamó Galed,
49 y también Mispá, pues dijo: «Que Yahveh nos vigile a los dos,
cuando nos alejemos el uno del otro.
50 Si tú humillas a mis hijas, si tomas otras mujeres, además de mis
hijas, bien que nadie esté con nosotros que nos vea, sea Dios testigo entre
los dos.»
51 Dijo Labán a Jacob: «Aquí está este majano, y aquí esta estela que
he erigido entre nosotros dos.
52 Testigo sea este majano, y testigo sea esta estela de que yo no he de
traspasar este majano hacia ti, ni tú has de traspasar este majano
y esta
estela hacia mí para nada malo.