13 Que fuiste tú quien dijiste: “Yo seré bueno de veras contigo y haré
tu descendencia como la arena del mar, que no se puede contar de
tanta
como hay.”»
14 Y Jacob pasó allí aquella noche. Tomó de lo que tenía a mano un
regalo para su hermano Esaú,
15 consistente en doscientas cabras y veinte machos cabríos,
doscientas ovejas y veinte carneros,
16 treinta camellas criando, junto con sus crías, cuarenta vacas y diez
toros, veinte asnas y diez garañones,
17 y repartiéndolo en manadas independientes, los confió a sus siervos
y les dijo: «Pasad delante de mí, dejando espacio entre manada y manada.»
18 Y al primero le encargó: «Cuando te salga al paso mi hermano
Esaú y te pregunte “de quién eres y adónde vas, y para quién es eso que va
delante de ti”,