13 Los hijos de Jacob respondieron a Siquem y a su padre Jamor con
disimulo, y dirigiéndose a aquel que había violado a su hermana Dina,
14 dijeron: «No podemos hacer tal cosa: dar nuestra hermana a uno
que es incircunciso, porque eso es una vergüenza para nosotros.
15 Tan sólo os la daremos a condición de que os hagáis como
nosotros, circuncidándose todos vuestros varones.
16 Entonces os daremos nuestras hijas, y tomaremos para nosotros las
vuestras, nos quedaremos con vosotros y formaremos un solo pueblo.
17 Pero si no nos escucháis respecto a la circuncisión, entonces
tomaremos a nuestra hija y nos iremos.»
18 Sus palabras parecieron bien a Jamor y a Siquem, hijo de Jamor,
19 y el muchacho no tardó en ponerlo en práctica, porque quería a la
hija de Jacob. El mismo era el más honorable de toda la casa de su padre.
20 Jamor y su hijo Siquem vinieron a la puerta de su ciudad y
hablaron a todos sus conciudadanos diciéndoles:
21 «Estos hombres nos vienen en son de paz. Que se queden en el país
y a circulen libremente, pues y a veis que pueden disponer de
tierra
espaciosa. Tomemos a sus hijas por mujeres y démosles las nuestras.
22 Pero sólo con esta condición accederán estos hombres a quedarse
con nosotros para formar un solo pueblo: que nos circuncidemos todos los
varones; igual que ellos están circuncidados.
23 Sus ganados y hacienda y todas sus bestias, ¿no van a ser para
nosotros? Así que lleguemos a un acuerdo con ellos y que se queden con
nosotros.»
24 Todos los que salían por la puerta de la ciudad escucharon a Jamor
y a su hijo Siquem, y se circuncidó todo varón que salía por las puertas de
la ciudad.
25 Pues bien, al tercer día, mientras ellos estaban adoloridos, dos hijos
de Jacob, Simeón y Leví, hermanos de Dina, blandieron cada uno su espada
y entrando en la ciudad sin peligro mataron a todo varón.