18 Sus palabras parecieron bien a Jamor y a Siquem, hijo de Jamor,
19 y el muchacho no tardó en ponerlo en práctica, porque quería a la
hija de Jacob. El mismo era el más honorable de toda la casa de su padre.
20 Jamor y su hijo Siquem vinieron a la puerta de su ciudad y
hablaron a todos sus conciudadanos diciéndoles:
21 «Estos hombres nos vienen en son de paz. Que se queden en el país
y a circulen libremente, pues y a veis que pueden disponer de
tierra
espaciosa. Tomemos a sus hijas por mujeres y démosles las nuestras.