6 Pero he aquí que otras siete espigas flacas y asolanadas brotaron
después de aquéllas
7 y las espigas flacas consumieron a las siete lozanas y llenas.
Despertó Faraón, y he aquí que era un sueño.
8 Aquella mañana estaba inquieto su espíritu y envió a llamar a todos
los magos y a todos los sabios de Egipto. Faraón les contó su sueño, pero no
hubo quien se lo interpretara a Faraón.
9 Entonces el jefe de escanciadores habló a Faraón diciéndole: «Hoy
me acuerdo de mi yerro.
10 Faraón se había enojado contra sus siervos y me había puesto bajo
custodia en casa del jefe de los guardias a mí y al jefe de panaderos.
11 Entonces tuvimos sendos sueños en una misma noche, tanto yo
como él, cada uno con su sentido propio.
12 Había allí con nosotros un muchacho hebreo, siervo del jefe de los
guardias. Le contamos nuestro sueño, y él nos dio el sentido propio de cada
cual.
13 Y resultó que según nos lo había interpretado, así fue: A mí me
restituyó Faraón en mi puesto, y a él le colgó.»
14 Faraón mandó llamar a José y le sacaron del pozo con premura, se
afeitó y mudó de vestido y compareció ante Faraón.
15 Dijo Faraón a José: «He tenido un sueño y no hay quien lo
interprete, pero he oído decir de ti que te basta oír un sueño
para
interpretarlo.»