8 Aquella mañana estaba inquieto su espíritu y envió a llamar a todos
los magos y a todos los sabios de Egipto. Faraón les contó su sueño, pero no
hubo quien se lo interpretara a Faraón.
9 Entonces el jefe de escanciadores habló a Faraón diciéndole: «Hoy
me acuerdo de mi yerro.
10 Faraón se había enojado contra sus siervos y me había puesto bajo
custodia en casa del jefe de los guardias a mí y al jefe de panaderos.