2 Yo tengo oído que hay reparto de grano en Egipto. Bajad a
comprarnos grano allí, para que vivamos y no muramos.»
3 Bajaron, pues, los diez hermanos de José a proveerse de grano en
Egipto;
4 pero a Benjamín, hermano de José, no le envió Jacob con sus
hermanos, pues se decía: «No vaya a sucederle alguna desgracia.»
5 Fueron, pues, los hijos de Israel a comprar con otros que iban, pues
había hambre en el país cananeo.
6 José era el que regía en todo el país, y él mismo en persona era el
que distribuía grano a todo el mundo. Llegaron los hermanos de José y se
inclinaron rostro en tierra.
7 Vio José a sus hermanos y los reconoció, pero él no se dio a
conocer, y hablándoles con dureza les dijo: «¿De dónde venís?»
Dijeron:
«De Canaán, para comprar víveres.»
8 O sea, que José reconoció a sus hermanos, pero ellos no le
reconocieron.
9 José entonces se acordó de aquellos sueños que había soñado
respecto a ellos, y les dijo: «Vosotros sois espías, que venís a ver los puntos
desguarnecidos del país.»
10 Dijéronle: «No, señor, sino que tus siervos han venido a proveerse
de víveres.
11 Todos nosotros somos hijos de un mismo padre, y somos gente de
bien: tus siervos no son espías.»
12 Díjoles: «Nada de eso: a lo que venís es a ver los puntos
desguarnecidos del país.»
13 Dijéronle: «Tus siervos somos doce hermanos, hijos de un mismo
padre, en el país cananeo; sólo que el menor está actualmente con nuestro
padre, y el otro no existe.»
14 José replicó: «Lo que yo os dije: sois espías.
15 Con esto seréis probados, ¡por vida de Faraón!, no saldréis de aquí
mientras no venga vuestro hermano pequeño acá.
16 Enviad a cualquiera de vosotros y que traiga a vuestro hermano,
mientras los demás quedáis presos. Así serán comprobadas
vuestras
afirmaciones, a ver si la verdad está con vosotros. Que si no, ¡por vida de
Faraón!, espías sois.»
17 Y los puso bajo custodia durante tres días.
18 Al tercer día les dijo José: «Haced esto - pues yo también temo a
Dios - y viviréis.
19 Si sois gente de bien, uno de vuestros hermanos se quedará
detenido en la prisión mientras los demás hermanos vais a llevar el grano
que tanta falta hace en vuestras casas.
20 Luego me traéis a vuestro hermano menor; entonces se verá que
son verídicas vuestras palabras y no moriréis.» - Así lo hicieron ellos. -
21 Y se decían el uno al otro: «A fe que somos culpables contra
nuestro hermano, cuya angustia veíamos cuando nos pedía que tuviésemos
compasión y no le hicimos caso. Por eso nos hallamos en esta angustia.»