Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Génesis 43, 13-32

13 Tomad, pues, a vuestro hermano y volved inmediatamente donde
ese hombre;

14 que El Sadday os haga hallar misericordia ante ese hombre, y que
él os despache y suelte a vuestro otro hermano, y a Benjamín. Por mi parte,
si he de perder a mis hijos, qué le vamos a hacer.»

15 Ellos tomaron dicho regalo y el doble de plata consigo, y asimismo
a Benjamín, y poniéndose en marcha bajaron a Egipto y se presentaron
a
José.

16 José vio con ellos a Benjamin, y dijo a su mayordomo: «Lleva a
esos hombres a casa, mata algún animal y lo preparas, porque esos hombres
van a comer conmigo a mediodía.»

17 El hombre hizo como le había dicho José, y llevó a los hombres a
casa de José.

18 Ellos se asustaron porque se les llevaba a casa de José, y dijeron:

«Es por lo de la plata devuelta en nuestros sacos la otra vez, por lo que se
nos trae acá, para ponernos alguna trampa, caer sobre nosotros y reducirnos
a esclavitud, junto con nuestros asnos.»

19 Y acercándose al mayordomo de José le dijeron a la puerta de la

casa:

20 «Por favor, señor, nosotros bajamos anteriormente a comprar

víveres.

21 Pero resultó que cuando fuimos a hacer noche y abrimos nuestras
talegas de grano, nos encontramos con que la plata de cada uno estaba en la
boca de su talega, nuestra plata bien pesada, y la hemos devuelto
con
nosotros,

22 y además traemos con nosotros más plata para comprar víveres.

Ignoramos quién puso nuestra plata en nuestras talegas.»

23 Díjoles: «La paz sea con vosotros, no temáis. Vuestro Dios y el
Dios de vuestro padre os puso ese tesoro en las talegas. Vuestra plata ya me
llegó.» Y les sacó a Simeón.

24 Luego los introdujo en casa de José, les dio agua y se lavaron los
pies, y les dio pienso para sus asnos.

25 Entonces ellos prepararon el regalo, mientras llegaba José a
mediodía, pues oyeron que iban a comer allí.

26 Al entrar José en casa, le presentaron el regalo que llevaban
consigo y se inclinaron hasta el suelo.

27 El les saludó y les preguntó: «Vuestro anciano padre de quien me
hablasteis, ¿vive aún?»

28 Y le dijeron: «Está bien tu siervo, nuestro padre: todavía vive.» Y
postrándose se inclinaron.

29 Entonces José volvió los ojos y vio a Benjamín, su hermano de
madre, y dijo: «¿Este es vuestro hermano menor, de quien me hablasteis?»
Y añadió: «Dios te guarde, hijo mío.»

30 José tuvo que darse prisa, porque le daban ganas de llorar de
emoción por su hermano, y entrando en el cuarto lloró allí.


31 Luego se lavó la cara, salió y conteniéndose dijo: «Servid la
comida.»

32 Y le sirvieron a él aparte, aparte a ellos, y aparte a los egipcios que
comían con él, porque los egipcios no soportan comer con los hebreos, cosa
detestable para ellos.