25 por el Dios de tu padre, pues él te ayudará, el Dios Sadday, pues él
te bendecirá con bendiciones de los cielos desde arriba, bendiciones
del
abismo que yace abajo, bendiciones de los pechos y del seno,
26 bendiciones de espigas y de frutos, amén de las bendiciones de los
montes seculares, y el anhelo de los collados eternos. ¡Sean para la cabeza
de José, y para la frente del consagrado entre sus hermanos!
27 Benjamín, lobo rapaz; de mañana devora su presa, y a la tarde
reparte el despojo.»